"Era su primera batalla. La primera vez que el Rey llevaba a su único hijo a luchar. A muerte. La prueba de fuego para demostrar que era un hombre merecedor del honor de su reino. Fue herido en varias ocasiones, en las que sólo pensaba en el orgullo de su padre cuando le viera sobrevivir. Al entrar en el palacio del Marajá, después de hacer esclavos a todos los soldados enemigos y sumiso al perdedor, al ir a entregar el botín, la vio. Una daga refulgente clavada en piedra. Él sólo quería un recuerdo de su primera victoria. Algo qeu poder enseñar a sus hijos para que ellos también se sintieran orgullosos.
Entonces, antes de darse cuenta, la Daga del Tiempo liberó las Arenas. Y sólo él, en un irónico castigo, sobrevivió. Cumpliéndolo, se odió durante años hasta que decidió poner fin a su agonía. Agarró el filo de la Daga y utilizó su sangre para volver atrás. A la misma batalla. A la misma sala del tesoro en la que tendría al Rey a su lado y una única oportunidad delante. Y se topó con la Emperatriz y el Guardián del Tiempo. Y sabiendo que no podría burlar su destino, lo burló. Y volvió a su Persia con la Emperatriz. Para empezar de nuevo.
Antes de tomar tierra pudo escuchar las explosiones y ver el fuego. Las columnas descomunales de fuego haciendo arder su tierra. Babilonia se estremecía con él. En el momento de pisar la orilla, la Emperatriz fue secuestrada y muerta. Toda la ira del Príncipe recorría sus brazos, sus hombros, sus ojos. Y se odió aún más. Y su ira aumentó. Y esta vez, ni quiera él sobrevivió. Las Arenas se apoderaron de su voluntad convirtiéndole en su esclavo.
Y ahora él es un Príncipe Oscuro"