Me siento asquerosamente egoista. Y no sé tú tienes la misma impresión.
No soy nadie. No tengo derecho. No puedo hacerlo.
Daría cualquier cosa, cualquier cosa para que estuvieras bien.
Pero a veces me siento incapaz de luchar contra mí misma. De intentar disuadirte de mis propias ideas.
Daría cualquier cosa, cualquier cosa por que estuvieras con alguien fuerte que supiese qué hacer además de llorar.