G minus & The Infinite SadnesS

Clik

Después de años aguantando, primero a los payasos de sus hermanos, que la insultaban, muertos de envidia, porque su padrino la llevaba todo el verano a su finca y a ellos no. Luego a su novio tirándole los tejos a una de sus hermanas. Y al mismo imbécil como marido poniéndole (entre otras muchas cosas) el grito en el cielo cuando descubrió que no iba a tocar nada de la herencia de su madre. Lo peor con diferencia fue cuando, después de separarse, y no hablarle nunca mal de él a su única hija, ésta se puso de su parte. Su hija sí heredó, pero de su padre, la amargura y el afán por humillarla. Un día, no sé cual y eso no importa, uno cualquiera, su cerebro, hastiado de una vida así, hizo click.

Primero se agravó su despiste crónico. Nadie veía raro que se perdiera al volver a casa, o que se parase en medio de la autopista a pensar dónde iba. "Es muy despistada, siempre lo ha sido" Luego le dio por ponerle sal a los roscones de Reyes que hacía todos los años. "Qué despiste... pero no es nada fuera de lo normal." Luego empezó a faltar al trabajo porque decía que no le gustaba madrugar, y las veces que iba, se pasa el día mirando por la ventana. Cuando su jefa la veía y le preguntaba porqué no trabajaba sólo decía que se aburría. No tardaron mucho en hacerle pruebas. Las células frontales de su cerebro estaban desgantándose con una velocidad vertiginosa. Cuando le dieron la baja por minusvalía pocos meses después, su hijita dijo que no podía quedarse con ella, que no tenía ni espacio en su chalet de dos plantas, ni tiempo para cuidarla. Así que la recluyó en su casa con una interina. Sus hermanas iban a verla dos o tres veces a la semana, dependiendo de si le venía bien a la chica en cuestión que fueran, y siempre con previo aviso. Una tarde se presentaron sin avisar con dos de sus sobrinos. Después de esperar casi media hora hasta que decidió abrir la puerta y, tomándose como una ofensa personal el no haber llamado, encontraron ropa de hombre y de bebé. La mujer a la que cuidaba estaba en camisón a las 7 de la tarde y empezando a comer. Investigaron un poco más y descubrieron que en su casa había más gente viviendo que la autorizada. A esas alturas ya no reconocía las fotos de sus nietos, a los que no veía desde hacía meses. Sólo parecía conocer a dos de sus hermanas y a los dos hijos de una de ellas. La medicación que tomaba hacía que ya no llamara a su marido cuando se despertaba en sueños, ni que dijera que sentía las pataditas del bebé "Va a ser una niña. La voy a llamar Sonsoles." A esas palabras les acompañaba la misma sonrisa que treinta años atrás. Cuando la situación se hizo insisostenible y ya no era posible que estuviera en una casa sin atención médica profesional, la metieron en un psiquiátrico. Aunque preferían llamarlo residencia. La rodearon de espectros en sillas de ruedas. Como estaba a las afueras de la cuidad, sólo podían ir a verla una vez a la semana. Llegó el verano y cada hermana se fue por su lado. Ninguna fue a verla en casi tres meses. Cuando volvieron tenía el brazo vendado. "Le habrán hecho un análisis. Es una residencia muy buena" Cuando hablaron con la enfermera que la cuidaba (a ella y a otras tres residentes) les dijo que se lo había hecho ella con una mesa que estaba rota. "Casi no se mueve, y donde la dejes se queda. Ayer a la hora de comer la senté un momento para ir a por su comida. Había un lateral abierto y no me había dado cuenta. Cuando volví estaba así... La verdad es que ha sido sólo un rasguño"

El psiquiatra dice que es alzheimer, y la enfermera que falta de movilidad. Pero yo estoy convencida de que su cabeza decidió que ya estaba bien. Y sobre el rasguño por el que le vendaron medio brazo... un momento de lucidez en que vislumbró que siendo tan joven como era, allí podían quedarle facilmente 30 años. Totalmente sola. Con una arpia como hija, un cabrón como exmarido y una familia que considera que la ha abandonado (Y en la mayoría de los casos tiene toda la razón). Loca? Enferma? Para mí está mucho más cuerda y más sana que cualquiera que anda felizmente por la calle.