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20 de Agosto 2004

En ocasiones veo equis

Mi sentido felino / arácnido / sexto, octavo o décimo me ha advertido una vez más. He sentido ese cosquilleo en lo más alto de las orejas. Después en el reverso (tenebroso) de los colmillos y en la punta de la nariz. Y por último he escuchado la voz inconfundible de la niñata que sigo siendo cantándome "Ella lo saaaabee... Ella lo saaaabeee" mientras otra, un poco más envejecida me decía "Pues claro que lo sabe, imbécil!! No tiene más que abrir los ojos!!! Y ahora, entierra tu cara entre las manos en señal de vergüenza y arrepentimiento!!" Esta vez voy a fiarme de él. Vale que no te he dado tiempo para que me digas que sabes que eres tú, pero me parecía un poco cínico pedirte que nos dejemos de tonterías siguiendo yo con las mías. Aquí se confirman tus sospechas; eres tú... evidentemente. Quién si no? No sé desde cuando lo sabes, igual sólo desde ayer, o puede que desde hace semanas... incluso meses. Pero eso no es lo que importa ahora. Espero que sepas perdonarme el par de "medias verdades al revés". No quiero escusarme, pero no quería que me alejaras otra vez. Haces bien en mantenerme a distancia con una mano mientras con la otra jugamos un pulso de pulgares. A tí no me perdonaría nunca pudrirte la madera. Ya que estoy voy a explicártelo todo. Esto es más dificil de lo normal porque, aún sintiendo lo que siento (que, créeme, no es poco), te prefiero mil veces más como amiga. No te cambio por salir contigo 2, 3 o quizás hasta 4 meses (no me aguantarías más) Eres mucho más que eso, y por eso me veo forzada a renunciar a algo que está empezando a distorsionar las cosas y a ponerlo todo en peligro. Te lo repito; no te cambio por tí. Aunque tuviera alguna posibilidad de algo, no lo haría. También quiero dejarte MUY claro, que no quiero que malinterpretes nada de lo que he hecho nunca, ni nada lo que te he dicho. Mis intenciones nunca han ido por el lado oscuro (menos cierta tarde en mi casa, aunque sé que eso está olvidado por tu parte, así que no me preocupa). Esto debería habértelo dicho a la cara o haberme quedado calladita, pero no puedo. Con lo que me gusta mirarte a los ojos, si lo hubieramos hablado en persona no hubiera podido mirarte, y sabes que odio no mirar los ojos de la persona con la que hablo. Me he callado todo el tiempo que he podido hasta que esto me ha desbordado. Porque no soporto mis berrinches por cualquier gilipollez, ni los tuyos porque yo hable en clave. Perdóname; al final he resultado ser una cobarde. Y ahora, si me perdonas otra vez, me espera un tren para llevarme al sitio en el que puedo enterrar todo esto entre partida y partida de ajedrez contra mí misma (o contra algún fantasma que quiera venir y enseñarme nuevas jugadas) y volver para retomar el camino donde se empezó a torcer. No sé como vas a tomarme esto, ni siquiera si vas a saber (por fin) que va todo por tí o si vas a quedarte mirando la pantalla y pensando "Y esta?" Me voy, que el tren de hoy no quiero perderlo. Te quiero, imbécil.

Eso lo dijo Eowyn cuando daban las 9:59 del Viernes 20 de Agosto 2004