Eh, eh, eh! Eso es trampa! No vale perseguirme en sueños! Dormida no sé correr y no puedo esconderme de tí sólo con una sábana. No me he despertado llorando porque no ha sido un sueño triste. No he llorado después porque el sueño no ha sido que volvía a estar contigo. No ha tenido nada que ver. En mi sueño sólo hablábamos. Tu estabas con quien estás y yo estaba igual que ayer. Me decías que éste verano vendrías con tus dos mejores amigas a veranear en el mismo sitio que yo. Yo me hacía a la idea y hasta ahí bien. Me decías que tenía que seguir con mi vida, igual que el día que me llamaste. Y así se acababa el sueño. O no recuerdo más. Ha sido pensándolo después, porque podría ser una situación normal que no va a volver a darse. No quiero volver a soñar contigo mientras tenga que seguir olvidándote, pero no creo que pueda hacer nada al respecto.